El descubrimiento póstumo de los poemas de Dickinson

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Poesía
Las cartas de Emily Dickinson
La poeta trabaja
Las publicaciones durante la vida de Dickinson
La cuestión de la publicación

Cuando Emily Dickinson se murió en 1.886, era desconocida como una poeta fuera de un círculo pequeño de familia y amigos. El legado poético de Dickinson consistía de casi 1.800 poemas, y ninguna instrucción sobre qué hacer.

Lo que sucedió, cómo Dickinson pasó de desconocida a ser una poeta famosa por todo el mundo, es una historia llena de intensidad emocional, engaño, y sacrificios personales. Ningún personaje principal, quienes tenían una conexión personal con la poeta, tenían expectativas de ser involucrados en este esfuerzo. A veces, contribuciones contradictorias afirmaron la vitalidad del verso de Dickinson y garantizaron la inmortalidad.

Después de describir cientos de poemas de Emily poco después de su muerte, la hermana de la poeta Lavinia decidió que la poesía tenía que ser publicada. Lavinia escribió: “Yo había tenido un sentimiento a lo ‘Juana de Arco’ sobre los poemas de Emily” (Carta a Thomas Wentworth Higginson, 23 diciembre, 1.890, como citada en Bingham, p. 87). Lavinia acudió a dos amigos de la poeta – la cuñada Susan Dickinson y el mentor Thomas Wentworth Higginson – para ayuda.

Susan no persiguió la publicación rápidamente, e Higginson estaba ocupado. Para lograr su meta, Lavinia fue a Mabel Loomis Todd, la mujer vibrante de un profesor en Amherst College. Todd fue una elección importante, porque ella estaba involucrada en un romance con Austin Dickinson, el esposo de Susan y el hermano de Emily.

Una artista y músico impresionante, Todd trajo la vitalidad necesaria a la preparación de la publicación de la poesía de Dickinson. Después de contratar a Thomas Wentworth Higginson como coeditor, Todd acabó Poemas de Emily Dickinson en 1.890, solo cuatro años después de la muerte de la poeta. Los dos editores cambiaron los poemas, regularizaron la puntuación, añadieron títulos infrecuentemente, y a veces cambiaron palabras para mejorar el ritmo o el sentido.

Después del éxito de la primera colección, Todd e Higginson publicaron un segundo volumen, Poemas de Emily Dickinson, segunda serie (1.891). La curiosidad pública sobre la poeta desconocida animó a los dos editores, pero especialmente a Todd, a promocionar las obras con charlas y artículos. Todd editó una colección de cartas de Dickinson (1.894) y un tercer volumen de poemas Poemas de Emily Dickinson, tercera serie (1.896).

En 1.898, un pleito feo entre las familias Dickinson y Todd sobre una parcela de tierra acabó la ayuda de Mabel Todd con la familia Dickinson. Por más de treinta años, ella no abrió su caja llena de poemas Dickinson.

Cuando Mabel Loomis Todd acabó su trabajo con los poemas, una etapa silenciosa empezó en la historia de la publicación. Lavinia Dickinson, Thomas Wentworth Higginson, y Susan Dickinson murieron, y Martha Dickinson Bianchi empezó a moldear el legado de su tía. Martha heredó manuscritos de Lavinia y Susan, y editó al menos seis volúmenes de la poesía de Dickinson. No editó tanto como sus predecesores, y no dio títulos a los poemas y mantuvo sus esquemas de rima. Ella fue furiosa por la información sobre su tía con la que Martha debatió, Bianchi escribió varias memorias con su perspectiva única como “la única persona viva quien ha visto [a Emily Dickinson] cara a cara” (Bianchi, p xxii).

Eventualmente, Mabel Loomis Todd volvió al trabajo de Dickinson, con motivación a contrarrestar los esfuerzos de Bianchi con la publicación de la poesía de su tía. Con la ayuda de su niña Millicent, Todd comenzó a editar los poemas que todavía tenía en su posesión, un proyecto que no terminó antes de su muerte. La hija terminó el trabajo para su madre, y publicó Bolts of Melody en 1.945.

Finalmente, se había imprimido la mayoría de los poemas de Dickinson, pero ninguna edición contenía todos. Esa situación cambió con Los poemas de Emily Dickinson, editado por el erudito Thomas H. Johnson y publicado en 1.955. Johnson volvió a los manuscritos originales en vez de usar las transcripciones de otros editores, y presentó los poemas exactamente como Dickinson los había escrito. A diferencia de sus predecesores, Johnson organizó los poemas por cronología, estudiando los cambios en la letra de la poeta, porque normalmente no escribió una fecha en su trabajo. Los poemas de Emily Dickinson permitió que los lectores pudieran estudiar su desarrollo como poeta, lo cual comenzó una subida en investigaciones sobre Dickinson.

Más tarde en el siglo XX, Ralph W. Franklin prestó atención a los manuscritos, y preguntó sobre las prácticas de escritura de la poeta. Franklin organizó los fascicles de Dickinson en una edición facsímil, Los libros manuscritos de Emily Dickinson, en 1.981, mientras su Poesía de Dickinson, una edición completa de los poemas de Dickinson, mejoró el trabajo de Johnson.